Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100306
Legislatura: 1893
Sesión: 21 de Mayo de 1894
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 127, 2430
Tema: Administración local

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): He pedido la palabra para decir al señor Conde de la Romera y a los que les inspiran por lo bajo. (Varios Sres. Senadores: No es por lo bajo, es por lo alto.) Bien sea por lo alto o por lo bajo, la cosa no tiene importancia alguna. (El Sr. Conde de la Romera: ¿No tiene importancia el que se haya faltado a la ley?) Digo que no tiene importancia, porque no produce resultados de ninguna especie, como lo demuestra el hecho de que el mismo Sr. Conde de la Romera ha pedido a la Mesa que la votación de ese proyecto figure en la orden del día y se pondrá mañana. (El Sr. Conde de la Romera: Puede desaprobarse.) Pues si se desaprueba, nada hay perdido; y si se aprueba, lo mismo, porque irá al Congreso y la proposición pasará a la Comisión que se nombre para entender en dicho proyecto.

De modo que es una pequeñez para que perdamos el tiempo, y sobre todo, para promover una cuestión de competencia entre los Cuerpos Colegisladores. (El Sr. Conde de la Romera: No trato de promoverla; he llamado solamente la atención del señor Presidente del Consejo para que, en cumplimiento del art. 7º de la ley  de relaciones, no se ocupe el Congreso de este asunto.) Pues esté tranquilo S. S. que no se discutirá ni se ocupará de ello el Congreso.

No hay, pues, nada perdido. La proposición ¿está tomada en consideración? Pues de ahí no pasará. ¿Qué el proyecto se aprueba aquí? Pues entonces irá al Congreso y la proposición a la Comisión que se nombre, sin mezclarse el Congreso en las atribuciones del Senado. ¿Qué el proyecto no pasa aquí? Pues la proposición seguirá su curso sin daño alguno para nadie.

Por eso digo que la cosa no tiene importancia, ni ha de dar resultado que pueda ser molesto al Senado. Y no teniendo importancia ni pudiendo producir ningún rozamiento con el Congreso, respecto de las atribuciones de ambos Cuerpos Colegisladores, claro está que no merece el tiempo que estamos perdiendo y menos que de aquí pueda surgir una cuestión entre el Congreso y el Senado. Esas previsiones hay que dejarlas para asuntos de mayor importancia.



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